A veces me gustaría tener alzheimer, para olvidar que te quiero.

(Boom)


19 febrero
Odio esta impotencia, este vacío que siento en mi pecho y la incapacidad para sentir algo en estos momentos.
Odio mi facilidad de romperme, odio que lo hagas con tanta frecuencia. Odio que me trates así y odio que lo hagas sin motivos. Me importas, pues claro que me importas. Aunque sea de una manera diferente.
Te dije que no sabía querer aunque me has dado motivos para pensar que en el fondo sí sé y son los demás los que deberían aprender.
Te odio por hacerme falta como lo haces, te odio porque ni siquiera me dejas pensar con claridad. Me quedaría mirando la nada, sin ocurrencia alguna en mi cabeza, preguntándome el por qué. Qué habré hecho mal otra vez, por qué me dices que me quieres para romperme aún más, porque te avisé. No me llames amor si no lo sientes.

2 comentarios:

  1. Comparto contigo ese vacío inmenso en el corazón y también esa facilidad que hace que pueda romperme en un segundo de nada. Permito que lo sienta yo, ¿pero sentirlo tú? Eso si que no, Babú, eso si que no lo permito.
    Te dejo un abrazo rompe-huesos, bonita. Y no dejes que te rompan en mil trocitos, ni nada por el estilo.
    :)

    ResponderEliminar
  2. Me ha recordado a una frase que le dice el hombre de los huesos de cristal a Amelie. "Querida Amelie, usted no tiene los huesos de cristal, podrá soportar los golpes de la vida". Aunque creas que todo puede romperte, no es así, de eso estoy segura. Preciosa entrada.
    Un beso.

    ResponderEliminar

Te lo doy entero.
El corazón, digo.